Jesús y María: crítica al RRI

Para la elaboración de esta entrada me ha parecido interesante revisar el proyecto educativo y el Reglamento de Régimen Interno del colegio en el que yo cursé mis estudios hasta cuarto de la ESO. Dicho colegio es el Jesús y María cuya titularidad desde hace unos años pertenece a la Fundación Vedruna Educación (que es lo mismo que cuando yo estudiaba, pero con un nombre más moderno y menos carca). 

Quiero destacar que toda la información no obtenida de manera directa del proyecto educativo o de RRI centro (y que se pueden consultar en los enlaces que hay a continuación) son puras valoraciones personales basadas en mi experiencia y totalmente condicionadas por mi situación social, entre otros. 

Proyecto Educativo Vedruna

Reglamento de Régimen Interno del centro

Programación General Anual (2019-2020)

En el RRI, la Fundación establece que “pretendemos una Educación Personalizadora en colaboración con las familias, según el carisma Vedruna y desde valores cristianos, para la integración constructiva de los jóvenes en la sociedad”. En contraste a esto, la integración social de los alumnos no tiene el éxito que ellos esperan ya que la sociedad que se plantea desde el colegio que existe no es la real. 

En relación con esto, y en el mismo RRI, se dice que quieren ser un centro referente en la ciudad por atención a la diversidad del alumnado, sin embargo, dicha diversidad sólo engloba las diferencias en los resultados académicos, ya que cualquier otro tipo de diversidad queda anulada dentro del centro. 

El primer valor que incluyen dentro de una lista de estos es “la vida”, sin más dilación y explicación. Este va seguido de otros como “libertad”, “justicia”, “paz”, “fraternidad” o “trascendencia”. ¿Lo que más llama la atención de todo esto? El valor de la libertad que defienden siempre y cuando sea dentro de unos parámetros aceptables por y para ellos, ya que hacen distinción clara entre libre albedrío y libertad. 

Ya para terminar, lo que más me ha llamado la atención es que tanto alumnos, como profesores y padres, según el RRI, tienen un número de deberes mucho mayor que la entidad titular y los organismos de organización del centro cuando, desde mi punto de vista y siendo ellos los responsables en última instancia, dicho deberes deberían estar, como mínimo, a la par. Y no sólo eso, sino que el número de derecho de la Entidad Titular es mayor que el de profesores, alumnos o padres. 

Lo que yo entiendo con esto es que, a parte del todo crudo que hay tanto en el RRI como en el Proyecto Educativo, lo que más le importa a la Entidad Titular no es la formación de los alumnos, el bienestar de los profesores o la satisfacción de las familias sino la propia Fundación y su método educativo del siglo pasado. Leyendo el RRI y conociendo, ya no sólo por experiencia personal sino por experiencia ajena, la situación del centro, puedo afirmar con contundencia que el método educativo lleva siendo el mismo desde hace veinte años cuando yo empecé a estudiar allí y lo único que ha cambiado es la fachada (literal y metafóricamente). 



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