Mediación

Para esta entrada sobre la mediación en el ámbito escolar, me parecía interesante y relevante hablar de mi experiencia con el programa que el colegio Jesús y María implementó mientras yo cursaba la Educación Secundaria Obligatoria. 

Cuando llegamos a primero de la ESO, cada clase de cada curso tenía la responsabilidad de nombrar a uno o dos mediadores, que podían a no coincidir a su vez con los delegados del aula. Yo recuerdo que las elecciones se llevaban a cabo en una de las primeras clases de tutoría que teníamos en el curso. Dichos mediadores, o al menos lo que nos decían desde jefatura de estudios, se encargaban de resolver cualquier problema social que hubiera en clase. Normalmente, y debido a que cada año mezclaban a los alumnos de A y de B, dicho conflictos no residían sólo en el aula, sino que las personas implicadas solían pertenecer a clases diferentes (aunque siempre en el mismo curso). 

Me consta que los mediadores de cada clase acudían una vez cada dos meses a reuniones de mediación en las que se les ofrecían herramientas para que fueran capaces de resolver los problemas que se les iban presentando. 

A decir verdad, a parte de para perderse clase por esas reuniones que he mencionado, yo sólo recuerdo a los mediadores de mi curso entrar en acción una vez, y no fue precisamente para bien. En este caso, en mi curso había un problema entre dos grupos de amigos. Un grupo, más dañino que el otro, se dedicaba a socavar y desautorizar a cada miembro del otro y la tensión entre los líderes de ambos según pasaban las semanas de curso se iba haciendo cada vez más palpable. Para colmo, las dos mediadoras del curso formaban parte cada una de un grupo diferente así que a la hora de resolver el conflicto fueron incapaces de permanecer imparciales, cosa que no puede ser reprochada por su parte. Este conflicto no llegó a solucionarse nunca y permaneció en el ambiente hasta que acabó el bachillerato, por lo que con esto podemos concluir que la mediación a nivel de aula funciona, pero en algunos casos también puede fallar. 

El problema que yo encuentro en este sistema que se implantó en mi centro es que, aunque bueno para los alumnos porque saben a dónde acudir si tienen algún problema entre ellos y no quieren incluir a los profesores, todas las personas somos parciales si estamos viendo sufrir a alguien a quien queremos o tenemos aprecio.

Comentarios

  1. Hola! Lástima que el experimento no saliera bien, a priori me parecía una idea interesante

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  2. ¡Hola, Paula!
    Está claro que la experimentación en las metodologías es una de las primeras etapas para conseguir que la innovación en el aula tenga éxito, habría que analizar en detalle todos los factores para conocer el motivo del fallo.

    ¡Nos leemos en los blogs! :)

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